28 de marzo de 2009

La descripción y el retrato


Describir es caracterizar formas, colores, estados de ánimo, sensaciones. Se puede caracterizar un objeto, un paisaje o una persona.
Toda descripción implica la presencia de un observador que expresa la realidad que lo rodea. Este observador, puede ser el narrador o alguno de los personajes.
Si el observador realiza una descripción desde una posición fija, la descripción se denomina estática. En ese caso no se desplaza ni modifica su punto de vista en relación con lo descripto.

El almacén estaba desierto. Había olor a garbanzos y a lavandina, a jabón y a queso, un olor mezclado y limpio, y aunque afuera la mañana brillara de sol, allí parecía la hora de la siesta por las cortinas de lona que cuidaban las sombras y el fresco.

Si el observador se desplaza, acompañando los objetos que va a describir, la descripción se llama dinámica.

Salimos, nos metimos en el auto y a los diez minutos trepábamos la ladera de una montaña por un tortuoso camino de cornisa. A veinte kilómetros se encontraba la ciudad de Lerna. Entramos por un camino de grava bordeado de árboles enormes.

Los verbos en la descripción

Los verbos característicos de las descripciones hacen referencia a la existencia de algo o alguien, y su ubicación en el espacio. Generalmente, se utiliza el verbo haber en forma impersonal: “En la habitación hay tres ventanas”. También se utilizan otros verbos como encontrarse, estar, presentar/se. “Esa habitación estaba en el extremo más alejado del jardín”.
Por otra parte, en las descripciones, se utilizan verbos que caracterizan a personajes, objetos o situaciones. Por ejemplo, lo verbos ser, parecer, entre otros, indican rasgos propios del objeto o personaje que se describe, rasgos constitutivos de su esencia: “Era alto y algo encorvado”. El verbo tener permite atribuirle rasgos al objeto o personaje: “Tenía el cabello bien cortado”. Es preferible evitar el uso del verbo poseer al describir rasgos inherentes a una persona (“Poseía ojos saltones”) ya que poseer indica “tener uno en su poder una cosa”.
Cuando se quiere agregar información a un sustantivo, se pueden emplear adjetivos o construcciones de preposición más término:
· “Ojos sin vida” (“ojos muertos” no es adecuado al contexto de un retrato)
· “Mano de piel gruesa” (no es lo mismo que “rugosa”)
· “Mejillas con marcas de acné” no es lo mismo que “mejillas acneicas”
Lo anterior está relacionado con la colocación, que es una forma de ligar el vocabulario con el contexto en el cual aparece. Por ejemplo, en un retrato literario, se usarán “Mejillas con marcas de acné”, sin embargo en un informe médico podría aparecer “mejillas acneicas”.

La descripción de una persona se llama retrato. El retrato es la descripción de los rasgos físicos de la persona que elegimos y de sus características internas o psicológicas y sociales.
Al realizar un retrato conviene tener en cuenta los aspectos físicos o externos: estatura, cabello, edad, mirada, forma y color de los ojos, tamaño de sus manos, gestos, etc.
Pero el retrato implica no sólo la observación de los rasgos externos de la persona, sino también sus características internas o psicológicas: preferencias, carácter, modo de relacionarse con los demás. También, la manera de vestir, de hablar o de comportarse.

De cabeza grande, de facciones chatas, ganchuda la nariz, saliente el labio inferior, en la expresión aviesa de sus ojos chicos y sumidos, una rapacidad de buitre se acusaba. Llevaba un traje raído de pana gris, un sombrero redondo de alas anchas, un aro de oro en la oreja, la doblesuela claveteada de sus zapatos marcaba el ritmo de su andar pesado y trabajoso sobre las piedras desiguales de la calle.

Para realizar un retrato o descripción se sugiere dos técnicas: la primera consiste en describir a la persona o paisaje yendo de lo más general a sus detalles más particulares.

Era una pelirroja de rostro ovalado, piel clara, ojos saltones y el rasgo más destacable era un lunar peludo en la barbilla.

La otra técnica consiste en describir la persona de arriba hacia abajo (de la cabeza para abajo).
Se sugiere que a veces se intercalen oraciones que alteren el orden sintáctico habitual (sujeto-predicado) para lograr un efecto estilístico diferente.

Silbato en boca, el árbitro sopla los vientos de la fatalidad del destino…

También es muy efectivo el uso del predicado no verbal para no repetir l verbo ser.

Sus ojos eran oscuros; su nariz, respingada.

No se debe mezclar la descripción de los rasgos físicos y los de las personalidades a no ser que se deriven unos de otros.

Su andar encorvado denotaba el peso de su preocupación.

Es incorrecto, desde el punto de vista del estilo decir: José era rubio e inteligente.

Para la caracterización física y espiritual de personas, es decir, para escribir retratos, puede ayudar el siguiente listado de vocablos.

Rasgos físicos

Aspecto general: apuesto, elegante, gallardo, obeso, grueso, airoso, arrogante, delgado, gordo, esbelto, rubicundo rechonchito, corpulento, vigoroso, saludable, fuerte, huesudo, robusto, flaco, seco, enjuto, etc.
Altura: alto, bajo, mediano, petiso, menudo, gigantesco, etc.
Rostro: barbudo, imberbe, lampiño, desbarbado, con bigote, etc.
- Tez-piel: clara, oscura, tostada, negra, amarilla, morena, blanca, aceitunada, trigueña, descolorida, pálida, roja, etc.
- Ojos: negros, marrones, castaños, pardos, verdes, grises, redondos, rasgados, grandes, pequeños expresivos, melancólicos, tristes, nostálgicos, etc.
- Mirada: dulce, triste, recelosa, inquieta, apaciguada, aguda, admirada, soñadora, ilusionada, sorprendida, curiosa, desconfiada, suspicaz, incrédula, miedosa, sospechosa, maliciosa, falsa, etc.
- Pestañas: espesas, delgadas, rectas, rizadas, postizas, etc.
- Cejas: arqueadas, rectas, pobladas, finas, espesas, etc.
- Nariz: larga, corta, grande, chica, recta, respingada, ancha, enorme, aguileña, ñata, deprimida, etc.
- Boca: ancha, angosta, risueña, desdentada, dientes blancos, de labios finos, gruesos o llenos, carnosos, etc.
- Sonrisa: agradable, picara, dulce, atractiva, suspicaz, falsa, irónica, etc.
- Cabello: rubio, pelirrojo, castaño, morocho, gris, blanco, canoso, platinado, teñido, ceniciento, ondeado, lacio, crespo, ondulado, rizado, con permanente, frizado, con trenzas, rodete, flequillo, con peluca, calvo, etc.
Extremidades: largas, musculosas, torneadas, torcidas, etc.
- Manos: expresivas, sensibles, deformadas, venosas, delicadas, inquietas, rudas, etc.
Señas: hoyuelos, lunares, cicatrices, arrugas, pocas, tatuajes, etc.

Rasgos espirituales

El perfil del hombre lo configuran aquellas cualidades y defectos que le son propios, que hacen de él un ser único y personal, como también su conducta en sociedad, su relación con otros hombres.
Para componer un retrato interior interesan, por ello, los sentimientos, las pasiones, los anhelos intelectuales, las inquietudes, las emociones y el comportamiento social, entre otros.
El siguiente listado de palabras como guía para la redacción de retratos:

Conducta social: amable, formal, cortés, solícito, atento, cordial, discreto, gentil, tratable, diplomático, hospitalario, servicial, afable, diligente, afectuoso, de buen carácter, amistoso, desenvuelto, alegre, divertido, fraternal, callado, espontáneo, gracioso, ingenioso, parco, juguetón, lacónico, respetuoso, sociable, cariñoso, simpático, charlatán, jocoso, bullicioso, dicharachero, bromista, etc.

Cualidades personales:
- Virtudes: filántropo, altruista, templado, clemente, bondadoso, caritativo, compasivo, tolerante, generoso, benévolo, magnánimo, justo, misericordioso, indulgente, agradable, rápido, varonil, elegante, cuidadoso, activo, expeditivo, astuto, coqueta, confiado, bonachón, fiel, honesto, equilibrado, honrado, inteligente, celoso, aplicado, puntual, hábil, estudioso, humilde, juicioso, esmerado, limpio, ingenuo, osado, noble, intrépido, instruido, paciente, resuelto, reservado, pacífico, obediente, profundo, sincero, ahorrativo, responsable, sencillo, sensato, tolerante, veraz, curioso, tranquilo, sensible, vergonzoso, sobrio, trabajador, seguro, valiente, dadivoso, femenina, etc.
- Defectos: descortés, agresivo, indiscreto, grosero, informal, desatento, fisgón, inoportuno, amarrete, intruso, tacaño, impertinente, imprudente, displicente, usurero, infiel, deshonesto, indigno, negligente, indisciplinado, desobediente, indócil, rebelde, insubordinado, incorregible, soberbio, desmandado, impaciente, flojo, irresponsable, perezoso, ocioso, insociable, sucio, andrajoso, harapiento, incapaz, necio, rudo, tosco, torpe, ignorante, tonto, vivo, sedicioso, inaguantable, vil, desconfiado, vulgar, hablador, estrepitoso, ruidoso, etc.
Denes, Marilina, Rodríguez, María Inés, Castellano (Primera parte), Curso 2005, CNBA

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