13 de marzo de 2009

Barbarismos, errores y otras malezas idiomáticas 1

Por Luis Canosa

–A–

ACLIMATAMIENTO – Aclimatación

La acción y efecto de aclimatar o aclimatarse se manifiesta con el vocablo aclimatación, que aunque no tan popular entre nosotros como ACLIMATAMIENTO, muy preferido por los aficionados a la climatología, es el único admitido y al cual nos deberemos aclimatar para ponernos al abrigo de cometer un desliz.

ACOSTUMBRA A –
Acostumbra

El verbo acostumbrar se construye por analogía como soler, y puesto que no diríamos suelo A venir, solemos A dejar, sino suelo venir, solemos dejar, tampoco podemos adosar la A después de acostumbrar. Debemos decir acostumbro venir, acostumbramos dejar. En el reflexivo, precediendo al infinitivo y después del participio es lícito el uso de la a: me acostumbré a ir, nos acostumbramos a todo, acostumbrado a vivir bien, acostumbrado a lo bueno, y otras costumbres por el estilo.

A LA MAYOR BREVEDAD – Con la mayor…

Un caso en que la preposición a usurpa el lugar que pertenece a con es éste, que expresa el deseo de que algo se cumpla o suceda con la mayor rapidez, con suma prontitud, o sea con la mayor brevedad, pues la A en este ejemplo no nos indica el modo como queremos que se haga una cosa, lo cual es privativo de la preposición con.

A LAS 21 HORAS – A las 21

Un vulgarismo, más que barbarismo, de muy amplia difusión es el agregado de la palabra HORAS al número con que se las indica. Puesto que la 1, las 22, etcétera, son los nombres de aquéllas, no necesitan de otro sustantivo que las identifique. Es costumbre de los franceses, que no se levantan si no los despiertan con una “heures” al final. Ya que estamos con el reloj en la mano, agreguemos que como preguntamos siempre por una hora y no por varias debemos hacerlo en singular: ¿Qué hora es?, y no ¿QUÉ HORAS SON? (aunque se lo preguntemos a la abuelita), y contestar en singular sólo para la 0 y la 1: Es la cero; el reloj dio la una y media. Las demás se dan en plural: Volvimos a las 21; dieron las 11; sucedió entre las 4 y las 5; son las 8, etcétera.

ALUVIONAL –
Aluvial

Cuando tengamos la desgracia de que algún aluvión ha arrasado con todo cuanto poseíamos, advirtamos que si bien ALUVIONAL parece un derivado lógico y correcto de aluvión no debe usárselo sino reemplazárselo por aluvial al mencionar lo relacionado con esa catástrofe. Parece que aquél quiso irrumpir en el diccionario pero le pusieron una compuerta.

ANCESTROS – Antepasados, antecesores

Lo perteneciente o relativo a los antepasados se identifica con el adjetivo ancestral (del francés ancestre, y éste del latín antecesor). Eso parece haber sido aprovechado por algunos que de él han derivado el supuesto sustantivo ANCENTRO para una solemne recordación de bisabuelitos, tatarabuelitos y otras antigüedades más lejanas. Estos eminentes ciudadanos (eminentes si el abuelito no nos mintió) son simplemente antepasados o antecesores, sin que el término “simplemente” que hemos usado signifique un menoscabo para aquellos a quienes debemos todo lo que somos, si es que en nuestro árbol genealógico no figuran unos cuantos pillos de siete suelas.

ANTEAÑO – Hace dos años

El vulgo ha inventado una palabra que se ha impuesto por su comodidad, y es ANTEAÑO, que aplica al año inmediatamente anterior al año pasado, es decir, 2003 con respecto a 2005. Puesto que no tenemos una denominación a propósito, digamos hace dos años. Y si no es exactamente hace dos años, llamémoslo por su nombre. O por su número.

ANTEÚLTIMO – Penúltimo

No son pocos los adictos al adjetivo ANTEÚLTIMO, pero, a pesa de la gran cantidad de palabras que lucen el prefijo ante, para expresar lo que está “inmediatamente antes que el último” debemos decir penúltimo. ANTEÚLTIMO no tiene carta de ciudadanía. En cambio, se la han otorgado a antepenúltimo para indicar lo inmediatamente anterior al penúltimo. Caprichos...

ARRELLENARSE – Arrellanarse

La aparición todavía frecuente del verbo ARRELLENARSE motiva que le dediquemos unas líneas para advertirles a los que lo usan que una cosa es un relleno y otra bien distinta un rellano. Y tiene que ver con un rellano el hecho de extenderse en un asiento con toda comodidad, o sea arrellanarse, aunque muchas veces nos arrellanamos después de un almuerzo opíparo, que es cuando buscamos un rellano porque hemos quedado muy rellenos.

AVEZADO EN –
Avezado a

El significado de avezado es acostumbrado, y puesto que no diríamos nunca acostumbrado EN tal cosa, tampoco podemos decir avezado EN, sino, por analogía con acostumbrado, avezado a, que es como se expresan los avezados a estas cosas del idioma.

A VUELO DE PÁJARO – A vista de pájaro

Suponemos que los que dicen A VUELO DE PÁJARO quieren indicar que “ven o descubren los objetos desde un punto muy elevado sobre ellos”. Siendo así, sepan que la expresión acertada es a vista de pájaro. Esta, naturalmente, no tiene nada que ver con los modos adverbiales al vuelo o a vuelo, que significan “pronta y ligeramente”. Esto último demuestra que somos muy despiertos; lo otro, que tenemos una visual privilegiada. Y lo uno por lo otro, que en cuestiones idiomáticas tenemos mala visión y no somos tan despiertos que digamos.

AYER NOCHE – Anoche

En el lenguaje familiar se desliza de continuo una expresión que pareciera insustituible para designar la noche inmediatamente anterior al momento en que se está hablando: AYER NOCHE. Cualquier persona medianamente culta se da cuenta de que falta allí el complemento de una preoposición y de un artículo para completar el pensamiento y decir ayer por la noche. Pero, ¿para qué tanto rodeo si con el adverbio anoche está todo dicho y con el menor esfuerzo?
–B–

BAJO EL PUNTO DE VISTA – Desde un punto de vista

Entre los muchos casos de mal empleo de las preposiciones figura en lugar prominente el que nos ocupa. Las cosas se ven desde un punto de vista determinado, porque la verdad es que mirarlas BAJO un punto de vista se nos hace medio difícil y nos puede doler la cintura.

BICENTENARIO – Segundo centenario

Un vocablo más o menos difundido es BICENTENARIO para indicar la fecha en que se cumplen doscientos años de algún acontecimiento. En esta combinación el léxico se ha mostrado condescendiente sólo con tricentenario (para los trescientos años). A los demás centenarios habrá que agregarles segundo, cuarto, quinto, etcétera. Señalemos, no obstante, que la voz latina sesqui se emplea para denotar una unidad y media, y así se dice sesquicentenario del día en que hay que festejar algo con una torta con ciento cincuenta velitas.

BOTAMANGA – Bocamanga

Cuando se habla de BOTAMANGA no se entiende otra cosa que el doblez que se hacía a los pantalones en la parte más inferior de las piernas. Lo de BOTAMANGA tal vez sea por su proximidad con las botas, porque lo cierto es que su verdadero nombre es bocamanga. Aclarado esto, digamos que ella no pertenece al pantalón sino al saco, y que es la parte de la manga que está más cerca de la muñeca. No nos parece mal trasladar el significado también al pantalón, pero hagámoslo con bocamanga y no BOTAMANGA, que queda más elegante. El pantalón y el vocabulario.

BREVES MINUTOS – Pocos minutos

No es que queramos hilar muy fino en esto de BREVES minutos, pero está censurado por los buenos hablistas anteponer a una sustantivo como minuto, que no expresa otra cosa que un período de sesenta segundos, el adjetivo breve, como si quisiéramos achicar en su duración algo que no puede estirarse ni encogerse. Con decir pocos o algunos minutos ya está expresada la brevedad.
Selección de Secretos y sorpresas del idioma, Editorial Atlántida, Buenos Aires, 1987

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