16 de abril de 2009





____La contienda ofreció un cariz que nadie esperaba. Inclusive para los Amigos del Bosque. La abundante sangre que chorreaba de la herida del Saurio Real le dificultaba la visión. Su respiración se había vuelto trabajosa. El cansancio y la sangre perdida le quitaron fuerzas, aunque su porfía y su coraje eran para destacar. Sus movimientos se hicieron más lentos que de costumbre. Ventaja que capitalizó al máximo Zexurión. Bailoteó a su alrededor alejándose y achicando la distancia. Amagándole constantemente. De golpe se frenaba y sorpresivamente comenzaba a caminar para atrás dando saltitos graciosos. Pero cuando el Saurio Real logró tenerlo seguro en su campo visual reducido lo encaró con fiereza. Lanzado como una pesada máquina a vapor sin control algo, sin embargo, totalmente inesperado lo detuvo. De la tribuna popular del sector sur bajó un maravilloso trinar de pájaros. Los integrantes de Prorena se pusieron de pie y Sebastián debió contener un arranque de alegría que pujaba por salir. Las cajas de vidrio del Vendedor de Sonidos estratégicamente repartidas comenzaban su concierto. Los Gríseos desesperados comenzaron una infructuosa búsqueda. La acústica del recinto, que había sido un galpón del antiguo puerto, beneficiaba a los fines del artista de los Amigos del Bosque.
____Los trinos cesaron y un ulular del viento trajo el sonido de miles de cascos de caballos avanzando a todo galope. Los Gríseos esgrimieron sus lanzas creyendo que los caballos iban a irrumpir en el estadio. Los cascos retumbaban en cada centímetro cuadrado del lugar como si un poderoso ejército lo tomara por sorpresa. De todos lados llegaban órdenes contradictorias para los torpes soldados del régimen. El enorme lagarto ya exhausto miraba en derredor totalmente desconcertado. No atinaba siquiera a atacar al Tenopo que sin embargo lo vigilaba atentamente. Un rayo ensordecedor salió de varias cajas disparadas una detrás de la otra llenando de inquietud a todos y avisándole a Lethien que era su turno. Sacó una Verdad–Falsa del interior de la canasta y le echó un par de gotitas con el gotero de goma. La arrojó a un claro de la tribuna aprovechando el desorden generado ya en la gente. El estruendo, ocurrido a los treinta segundos, fue impresionante. Algunos Gríseos se echaron cuerpo a tierra y otros armados con ballestas estuvieron a punto de disparar pero no sabían a qué. Lethien, empleando esos treinta segundos que tardaba en efectuarse la reacción, se mezclaba entre la gente.
____–¡Tenemos que salir de aquí! –dijo el padre de Sebastián advirtiendo lo peligroso de los acontecimientos. Las puertas de salida de las gradas estaban cerradas. Con su afán por salir la gente se atropellaba corriendo serio riesgo de lastimarse.
____Zexurión, aprovechando el descuido de los Gríseos que estaban alrededor del cerco con las lanzas, voló hasta la punta de uno de los troncos para tener un mejor panorama de lo que ocurría y probar el progreso de la pócima de vuelo en su cuerpo. Tenía que estar atento para huir, aunque no veía por dónde.
____Lethien viéndolo allí parado arrojó una Verdad–Falsa adentro del perímetro de lucha. La principal víctima fue el Saurio Real que quedó sordo como una tapia y cubierto de arena, sumando así una desgracia más a su lista del día. Se levantó una nube de arena que, junto con los acordes de una marcha triunfal que salía de las cajas del Vendedor de Sonidos, bastó para que el trío nefasto se levantara de sus asientos sin saber qué órdenes dar ni cómo combatir a ese enemigo oculto. Lamentaron, sin duda, la ausencia de los Falsos Hechiceros que cada vez participaban menos de actos públicos. Ellos hubiesen sabido qué hacer con la situación. Dejar todo en manos de los oficiales Gríseos era complicar las cosas y no resolver nunca nada.
____La tercer y cuarta Verdad–Falsa hicieron mella en la confianza de la gente. La teoría de los Amigos del Bosque se confirmaba. El público comenzó a dudar del gobierno de la Aldea. Se descubría en la mirada, en los gestos, en los insultos al Saurio Real, en las manifestaciones de malestar ante el retiro de Prorena. La quinta y sexta arrojadas al grueso de los Gríseos con ballestas hicieron volar por los aires a algunos de ellos y coincidieron con las botellitas de líquido para niebla.
____La gente, entre gritos y forcejeos, buscaba afanosamente por donde salir. Los Gríseos no abrieron las puertas por que querían descubrir al causante de todo ese desorden. Las botellitas se estrellaron en la base de las plateas y la niebla se levantó con su espesura blanca. El Guardián de la Naturaleza que hasta entonces había sido mero espectador sacó del bolsillo la raíz de montaña que le obsequiara Kasarpan de la tribu de los Dayaks. La apretó con fuerza y sintió en su viejo cuerpo el vigor de un ejército de hombres. Con la mano libre tomó la reja que cubría una de las ventanas y tiró de ella. La arrancó como si estuviera apenas apoyada. La niebla ganaba rápidamente todo el espacio del Reñidero Municipal generando más confusión. Zexurión tomó impulso desde el palo donde atento vigilaba los acontecimientos. Voló raudamente encima de la platea oeste y salió del recinto. Los Gríseos no se daban por vencidos y buscaban los causantes de todo ese desastre. No abrían las puertas y comenzaron a maltratar a la gente que a su vez los insultaban. Amparada por la niebla Lethien arrojó más Verdades–Falsas reservando tres en su canasta. El estadio tembló como si lo sacudiera un terremoto.
____El Alquimista y el Hacedor salvando la valla que separaban la tribuna popular norte con la platea oeste se reunieron con el Encantador de Pájaros. Lo mismo hicieron el Vendedor de Sonidos y Lethien. Fueron a buscar a Sebastián y a sus padres que aterrados se habían quedado en su sitio sin saber qué hacer.
____–Vengan –les dijo Lethien– vamos a salir de aquí. Se reunieron en la parte superior de la tribuna junto al Guardián.
____–Debemos salir de aquí Guardián –dijo el Alquimista.
____–Es muy alto para saltar –dijo el Vendedor de Sonidos asomándose al hueco de la ventana por donde saliera Zexurión.
____–¿Estamos todos? –preguntó el Guardián.
____–Sí, estamos todos –contestó Lethien.
____–De acuerdo. Pase lo que pase ustedes me seguirán en hilera tomándose de las manos sin soltarse bajo ningún motivo –explicó el Encantador.
____–¿Conocés a toda esta gente? –le preguntó a Sebastián su padre.
____–Sí, son mis amigos de la Aldea –contestó éste.
____–¿Tus amigos? Creí que eran chicos –supuso su madre.
____–No, ya les contaré. Ahora debemos hacer lo que dice el Guardián de la Naturaleza para poder salir de aquí –dijo el chico.
____–Hoy mismo nos vamos de este lugar del infierno –dijo su madre.
____–Hoy deberán irse –afirmó el Hacedor– la Aldea será asediada por los Gríseos durante varios días. Le harán la vida imposible a todo el mundo. Especialmente a los forasteros.
____–No entiendo nada –confesó el padre de Sebastián viendo como la gente seguía empujándose y tropezando en medio de una confusión enorme.
____–Ya entenderá –dijo el Guardián– Sebastián tendrá tiempo de explicarle.
____–Algo es claro –dijo la madre– ustedes vinieron a rescatar a la Criatura de los Bosques.
____–Efectivamente –dijo el Vendedor de Sonidos.
____–Bueno, prepárense –anunció el Encantador. De un bolsillo interno sacó la llave de los vientos que le regalara Chipawaya, Guardián llegado del norte del continente, más precisamente de los Montes Ominoca. Todos se tomaron de las manos. La niebla los estaba cubriendo.
____–Los Gríseos no dejarán salir a nadie hasta interrogar a todos, uno por uno, con métodos muy desagradables –comentó el Vendedor de Sonidos.
____El Encantador puso la llave del viento en una puerta imaginaria cerca de la pared. Un grupo de Gríseos los divisó por entre la niebla.
____–¡Gríseos! –alertó el Vendedor de Sonidos que cerraba la hilera.
____–¡Toma! –dijo el Encantador alcanzándole la raíz de la montaña– cúbrenos hasta que logre abrir una puerta.
____La raíz de roca pasó de mano en mano hasta llegar a las del Vendedor que la apretó con fuerza. La llave transparente y de contextura etérea se puso fucsia. El Guardián la quitó y el marco de una puerta se dibujó en el aire.
____–Estará muy oscuro y habrá una escalera. Avancen con cuidado y no se suelten de las manos –avisó. Entraron y la oscuridad fue absoluta. Los Gríseos al advertir la huida dispararon sus ballestas. Muchas flechas impactaron en el cuerpo del Vendedor de Sonidos. Lethien que lo tomaba de la mano lanzó un grito de desesperación. No obstante las flechas no se clavaron en su cuerpo, algunas rebotaron y otras quedaron prendidas de su ropa. Su cuerpo era como una roca de la montaña. Le hizo una mueca burlona a los Gríseos y entró al hueco negro. El Encantador sacó la garra de Dragón y alzándola llamó al relámpago para iluminar el túnel.
____–Hasta que no salgamos no puedo cerrar la puerta de entrada. Por que cerraría la de salida también y quedaríamos atrapados. Ambas se abren y se cierran al mismo tiempo –informó. La voz del Guardián sonaba extraña en el interior del túnel cuyas paredes estaban construidas por un viento huracanado que corría turbulento. Los Gríseos se metieron también en el túnel persiguiendo tenazmente a los Amigos del Bosque. Se escucharon sus voces a pocos escalones, la oscuridad no les permitía acelerar la marcha.
____Finalmente salieron. La luz del exterior molestó en los ojos. Cerraron la puerta dejando a los Gríseos atrapados eternamente en otra dimensión a excepción de uno que alcanzó a salir justo después del cierre de la puerta. El Vendedor de Sonidos lo tomó como si fuera un muñeco de peluche y lo arrojó a unos metros.
____Zexurión los esperaba agazapado entre unos viejos toneles de madera con desperdicios. Se saludaron con entusiasmo felicitándose por el triunfo de la empresa. Los guerreros Tenopos mandados por el Patriarca Zexerón salieron también de sus escondites. Eran el apoyo con que contaban los Amigos del Bosque si el plan se complicaba en la huida.
____–¿Qué es todo esto? –preguntó la mamá de Sebastián al verse rodeada de Tenopos.
____–Son Tenopos. Amigos nuestros –dijo Sebastián.
____–Bueno, bueno. No podemos festejar aún. Debemos llegar al Bosque. Allí estaremos verdaderamente a salvo –dijo el Encantador.



© Gustavo Prego


No hay comentarios:

Publicar un comentario