30 de mayo de 2009



____Debieron atravesar parte del centro del laberinto. Allí una docena de casas formaban la Ciudad Antigua.
____–¿Por qué los Tenopos abandonaron este sitio? –preguntó Sebastián.
____–Lo abandonaron por que no eztaban lo zufizientemente integradoz con la naturaleza. Demaziadaz piedraz loz rodeaban. Ezo loz ahogaba. Un día de haze mileñoz iniziaron el ézodo.
____–Bueno, no se alejaron mucho –comentó Sebastián.
____–Zí, ez verdad –reconoció Zexerías– en realidad no querían alejarze, por que ezta ziudad tenía y tiene mucho valor para mi pueblo. Reprezenta loz orígenez.
____–¿Por qué no querés hablar del Ermitaño? –preguntó Sebastián.
____–Trataré de ezplicártelo. El laberinto, para laz nuevaz generazionez, dejó de tener la importanzia eztratégica de antaño. Dejó de utilizarze para defenza. Ahora ze lo uza para una ezpezie de rito de iniziazión. Loz jovenez lo recorren y aunque parezca ridículo el fundamento ez perderze. Cuanto máz ze tarde en encontrar el camino máz se aprenderá. Cada zendero equivocado conduze a una lezión y futura reflezión. Tú te perdizte y dizte con el Ermitaño pudizte haber tenido otra ezperienzia...
____–Pero, qué hace el Ermitaño allí? –preguntó el niño.
____–Él vive allí y reprezenta, entre muchaz cozaz, el pezizmizmo, el mal humor, la contradizión conztante, la burla agreziva. Zin duda que no ha zido de laz mejorez ezperienziaz que ze pueden recoger en el laberinto. Laz hay máz agradablez. De todaz formaz ez enriquezedora –dijo el Tenopo.
____–Y todo lo que dijo...
____–Puede zer verdad o no parte de lo que dijo. Yo no puedo dezidirlo. Lo diráz tú. Pero para ello nezezitaz pazarte unoz díaz en el laberinto y ver otraz cozaz...
____–¿Días?
____–Zí, nueztra iniziazión dura hazta una zemana y máz también. Noz llevamoz comida y agua –dijo Zexerías.
____–Y si te perdés –sugirió el niño.
____–Ziempre, y ez la última enzeñanza que ze recoge, ze encuentra una zalida –dijo el Tenopo sonriendo a un Sebastián aún confuso. El interminable pasillo del laberinto desembocó a un lugar abierto. Estaba lleno de Tenopos sentados delante de un gran árbol ubicado en la cima de una loma. A un lado del árbol un Tenopo murmuraba una plegaria.
____–Llegamoz tarde –anunció Zexerías.
____–Lo siento mucho –dijo Sebastián.
____–No ez nada. No te apenez. De todaz maneraz tendremoz que ezperar aquí zentadoz a que la Vieja Enzina hable –tranquilizó el Tenopo.
____–¿Qué hable? –preguntó Sebastián pensando en el Ombú de la Aldea.
____–Zí, ez nueztro Oráculo. La voz de Zez entre nozotroz. El Druida, el Tenopo que eztá allí junto al árbol, le ha preguntado por la zuerte de nueztra empreza –comentó Zexerías.
____Todos esperaban la respuesta del Oráculo. Sebastián y Zexerías se sentaron con el grupo. El Druida se alejó unos pasos sin bajar la loma. Miraba al árbol con insistencia.
____–¿Qué sucede si no contesta? –preguntó Sebastián.
____–Pueden ocurrir cozaz terriblez, mejor no penzarlo. La última vez que no conteztó Prorena tomó por la fuerza el poder de la Aldea –informó el Tenopo. La Voz de la Vieja Encina era esperada por todos en un profundo silencio. El Druida, que se había purificado con dos días de ayuno, repitió la pregunta siguiendo determinadas fórmulas. No era buen indicio que le reiterara la petición. Se le preguntó no sólo si la empresa iba a tener buen fin sino la eventualidad de cambiar algún procedimiento del plan. Cabía la posibilidad de algún error en la organización del rescate. El Druida le pidió que se expidiera al respecto. Una vez más esperaron. Algunos Tenopos se movían incómodos en sus lugares murmurando entre ellos. El Druida debió llamarles la atención y pedirles silencio.
____–¿Por qué no le piden a Zex de manera directa? –preguntó Sebastián en voz baja.
____–Por que Zez, el Hazedor, pidió que noz dirijamoz a él a travéz de zu obra. Por ezo no hay temploz en zu honor ni riquezas que ze acumulen en zus altarez. Toda la naturaleza ez zu templo y lo único que pide como tributo ez que zepamos correzponderla con zabiduría y devozión.
____La Vieja Encina empezó a susurrar y a mover sus millares de hojas. Lentamente el color natural del árbol fue mudando. De su verde conocido comenzó a virar al azul. La algarabía fue general cuando se mantuvo en ese color. La Vieja Encina respondía que la empresa iba a ser victoriosa. La confianza regresó a todos los corazones angustiados. Sebastián saltaba de felicidad abrazando a Zexerías. Las hojas de la Encina mantenían el color azul pero un imprevisto vino a enturbiar esa alegría. Una explosión de dimensiones jamás oídas en el Bosque se propagó por toda Tenopián. Al principio los enmudeció después advirtieron con terror que la Encina empalidecía, mudaba a otro color. El Druida alzó los brazos y recitó unas fórmulas para evitar la ira del Oráculo.
____–Yo sé de dónde viene esa explosión –le dijo por lo bajo a Zexerías.
____–¿De dónde? –preguntó el Tenopo.
____–Vamos. Es en el puesto de campaña. Puede haber alguien lastimado.
____Salieron a toda prisa entre el alboroto de los Tenopos.
____–¿Es posible la ofensa del Oráculo? –preguntó Sebastián.
____–Ez pozible. Pero temo algo peor. Puede zer que la Enzina vea perjudizial para nueztro plan el uzo de eza fuerza –dijo Zexerías.
____–Puede cambiar de opinión tan pronto –dijo Sebastián.
____–No creo. Ya ze ezpidió a favor de nueztro ézito. Pero tendremoz prezente ezta advertenzia. Hay que dizcutir cada elemento a utilizar. Loz humanoz tienden a abuzarze de loz recurzoz que eztán a zu alcanze –opinó Zexerías. El trayecto fue mucho más corto y directo del que usaron a la ida. Había conmoción en el puesto de campaña. La explosión era de una magnitud fuera de lo previsto. Iban llegando Tenopos desde el Oráculo. Todos esperaban al Patriarca. Seguramente reprendería a los humanos por su descuido.
____–¿Qué pasó? –preguntó Sebastián.
____–El retardante que incorporamos en la fórmula ha sido todo un éxito –dijo el Alquimista.
____–Pero aumenta la intensidad de la explosión a niveles sorprendentes –informó el Hacedor. ____Nadie estaba preocupado, por el contrario, estaban eufóricos por la conquista lograda en el proyecto.
____–¡Vamos a poder hacer mucho ruido! –dijo el Encantador atraído también por la detonación. Abrazó al Hacedor por el tiempo que no se veían.
____–Sabía que podías ver el Bosque –le dijo.
____–Estoy seguro que ésta se la ganamos a Prorena –dijo el Hacedor.
____–¡Pero no con esos métodos! – dijo el Patriarca muy enfadado.
____–Todo método es útil para ganarle una partida al enemigo –dijo el Encantador.
____–No se trata de un juego de ajedrez, Encantador. Estos elementos destructivos atentan contra nuestra ética –afirmó Zexariel.
____Zexariel, tu eres un científico como yo –dijo el Alquimista– y las Verdades–Falsas son producto de una investigación...
____–La importancia de estos explosivos –sostuvo el Hacedor– no es sólo el estruendo que puedan generar. Lo que se hace explotar es una de las tantas mentiras arraigadas entre la gente. Es decir a medida que exploten estas piedras se irán confundiendo las mentes de los espectadores. Creemos que comenzarán a dudar de Prorena.
____–La duda los mantendrá quietos, los inmovilizará –dijo Lethien– y por un momento no tomarán partido en contra nuestra. Serán víctimas de un gran desconcierto que nos facilitará la huida.
____–Esa es nuestra teoría, Patriarca, podemos equivocarnos. Es mucho más profundo que el furibundo estampido que escucharon. Va a atacar a la convicción misma de toda la gente que concurra hoy a las Arenas del Reñidero Municipal –dijo el Alquimista.
____–Todos conocemos tus investigaciones y estamos sorprendidos –dijo Zexerón y pensando en lo dicho por los Amigos del Bosque–. Desengañar a la gente. Me parece buena idea. Si podemos generar la mínima duda en ellos sería el principio del fin del enemigo.
____–Hemos seleccionado las Verdades–Falsas que consideramos claves –dijo el Hacedor– Ahora a trabajar que falta mucho todavía.
____Zexariel con su equipo continuaron la labor interrumpida. Sebastián y Zexerías fueron a ver al Vendedor de Sonidos que seguía abocado a su tarea.
____–¿Cómo va tu trabajo? –le preguntaron.
____–Bien, si se puede decir bien con aquellos dos bárbaros. Lanzaron esa piedra y casi me matan del susto –protestó el Vendedor de Sonidos.
____–¿Y tuz zonidoz? –preguntó Zexerías sabiendo de su arte y cuya fama llegaba hasta Tenopián.
____–¿Sonidos? Ruidos serán. Tuve que adaptarme a estas circunstancias, dejar a un lado mis sutilezas y multiplicar la intensidad de cada sonido. Debí fabricar cajas más grandes de vidrio grueso. El sonido dura más tiempo pero sólo una vez puede ejecutarse...
____–Quiere decir que abrís la tapa y podés escucharlo una sola vez –entendió Sebastián.
____–Así es. Mucho más amplificado. Si quiero repetir un sonido tengo que hacer muchos de ellos –concluyó el Vendedor con resignación. Le ofrecieron ayuda pero éste se negó. Fueron donde estaban los dos grupos, el humano y el tenopo, y realizaron tareas varias. Zexerías no pudo evitar tener que juntar ramitas para el fuego de los dos calderos. Lo hizo protestando mientras que el loro Cristóbal, entre las hojas de un olivo centenario, se reía a más no poder.






© Gustavo Prego


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