21 de junio de 2009

La visita

Antonio García


Los vio aparecer por la calle solitaria, silenciosa. El ruido de los pasos ampliados por la noche que el insomnio alargaba, atrajo su atención. Caminaban livianos y ágiles, lo que le hizo suponer que el ataúd iba vacío. ¿Quién habría muerto a aquellas horas? ¿Qué cuerpo ocuparía desde ese instante, el terrible espacio de madera?
A través del vidrio de la ventana les observó llegar y entrar al edificio. Una persona muerta en los apartamentos vecinos. ¿Quién? En la tarde todo había transcurrido normalmente. Y aunque la muerte es un asunto normal, no podía decirse que era una normalidad tan fácil de aceptar; por otra parte, los vecinos acostumbraban a contarse las desgracias con diligencia admirable. Había que ver en esos momentos sus rostros, el brillo en la mirada y su grata expresión. No comprendía por qué la tragedia atraía tanta simpatía.
Escuchó los pasos agotar el primer piso.
Nada le habían dicho. Quizás por la hora, de pronto sintió un poco de lástima. Se encontraba solo y viejo. Los viejos siempre tan empecinadamente apegados a la vida. Susceptibles, temerosos. De la soledad llegan a hacerse amigos. De la muerte nunca.
Los pasos de la escalera se fueron acercando. ¡Con que en el tercer piso! ¿Los Gómez? Eran jóvenes fuertes y rozagantes, niños lozanos. Imposible que la muerte entrara en ese apartamento rebosante de vida.
Los pasos se detuvieron.
El silencio de la noche. Tan terrible como el silencio de los astros. Ni el rugir esporádico de los autos. Ni el susurrar del viento. Todo era silencio. Un silencio tan pesado como su cuerpo de anciano. Quiso apartarse de la ventana pero se sentía como de plomo. Su respiración era pedregosa y esa insoportable y repentina molestia en el pecho. ¡Se ahogaba!
Presintió los golpes de la puerta.
No abriría. Les gritaría que estaban equivocados. ¡Equivocados!
La puerta se abrió sin violencia. Allí, desde el umbral, lo miraban fijamente.
En Puro Cuento – Año II, Nº 7 – Nov./Dic. 1987

No hay comentarios:

Publicar un comentario