28 de noviembre de 2010



____Así Sebastián se encaminó hacia la casa del Hacedor ocultando la paloma en su suéter.
____En el trayecto advirtió extrañas inscripciones con letras rojas sobre los muros de las casas pintadas con cal.
____Hacia el final de la tercera cuadra una pequeña casa se alzaba solitaria. Era de adobe y pintada de blanco haciendo resaltar sus gruesas aberturas de madera y su techo de paja. El niño se acercó a la puerta cubierta de moho y golpeó con sus nudillos. Hubo un prolongado silencio hasta que unos ruidos de pasos se escucharon acercándose a la puerta. Sebastián temió por un momento no estar haciendo lo correcto.
____–¿Quién? –se oyó secamente.
____–Busco al Hacedor –dijo Sebastián. Hubo otro largo silencio que incomodó al niño hasta que la puerta se abrió apenas.
____–¿Para qué lo quieres? –preguntó la voz que provenía de la hendija de sombra.
____–Vengo a que cure a una paloma herida –dijo sin sospechar que desencadenaría una tormenta.
____La puerta se abrió con violencia y la figura esmirriada de un anciano se plantó desafiante.
____–¡Márchate! –le gritó– no quiero verte por aquí niño del demonio–. Sebastián concluyó con ironía que no parecía tan bueno como le había dicho la anciana.
____–Me manda Lethien a verte –aclaró Sebastián y congeló el ademán del viejo de cerrar la puerta en su nariz.
____–Pasa –dijo al fin el Hacedor con un tono que sin ser amistoso no resultó agresivo. La puerta se cerró sin ruido detrás de Sebastián.
____–Si vienes de parte de Lethien eres un amigo –dijo ofreciendo una silla al niño. Sebastián se ubicó y sacó la paloma para que la examine.
____–Tenés que curarla pronto, está muy mal herida –dijo el chico con tono de súplica.
____–No puedo –dijo el Hacedor bajando la vista.
____–Pero para vos debe ser algo muy sencillo –dijo Sebastián sospechando que todo esto era una farsa y especialmente el viejo con gesto compungido que tenía delante.
____–Lo es... pero no puedo hacerlo –repitió y su tristeza fue tal que Sebastián desestimó la idea de que fuese un farsante– me lo tienen prohibido. A todos en este pueblo les tienen prohibido cuidar y atender a los pájaros.
____–¿Por qué? –preguntó Sebastián.
____–No puedo explicártelo. Además es mejor que lo ignores –aconsejó el Hacedor.
____–Pero debe hacerse algo –insistió Sebastián.
____–En realidad mis poderes ya no sirven –confesó el Hacedor– soy un pobre viejo que vive sólo y asediado por los Falsos Hechiceros. Me vigilan en todo momento como si yo fuese peligroso. Pero algo haremos, no te preocupes, algo que ayude y pase sin ser advertido por los emisarios del enemigo.
____–¿El enemigo? –preguntó Sebastián sin entender nada de lo que estaba pasando.
____–Sí, el grupo sanguinario que tomó por la fuerza el poder en esta Aldea hace ya dos años. Desde entonces comenzó la persecución de mucha gente, la gran desaparición de pájaros y la quema de millares de libros. No te diré más por que ya es demasiado. Lo que haremos para curar a la paloma es ubicar al Guardián de la Naturaleza que vive en el Bosque –dijo el viejo.
____–¿Y él podrá curarla? –preguntó el niño.
____–Sí, él puede hacerlo. Pero para ello debes llegar al Bosque. Escucha atentamente: debes tomar la calle principal que llaman el Sendero del Oeste. Cuando termine el poblado la calle se hará camino, es el Camino Real. Dicho camino será de tierra, luego de arena y finalizará en gramilla. Allí habrá un recodo... –el anciano calló de repente.
____–¿Y qué más? –solicitó Sebastián.
____–Esa es la entrada al Bosque pero...
____–¿Pero qué? –inquirió Sebastián.
____–Puedes no verlo –agregó con un suspiro el Hacedor.
____–Si es un Bosque como decís lo voy a ver...
____–No es tan fácil verlo. Puedes estar parado dentro de él y no verlo –informó con dolor el Hacedor.
____–No entiendo –manifestó Sebastián.
____–Todo depende de tu corazón –dijo el viejo– si guardas en él rencor alguno, odio hacia algo o alguien el Bosque será invisible a tus ojos.
____–¿Por qué no me acompañás –sugirió Sebastián. El viejo se movió con incomodidad en su silla y los ojos se le llenaron de lágrimas.
____–Aunque me lo permitan mis carceleros sería inútil –calló como dudando– yo... ya no puedo ver el Bosque –confesó con la voz quebrada.
____Sebastián pareció entender lo delicado del hecho. La paloma se estremeció en sus brazos.
____–Tengo que irme. ¿Qué hago cuando encuentre el Bosque? –preguntó el niño.
____–No hace falta hacer nada más. Todo estará hecho –dijo el Hacedor incorporándose de su asiento con dificultad. Se dirigió a una alacena y sacó del interior una bolsita de cuero que acercó al chico.
____–Este es un amuleto que te protegerá en tu camino y te ayudará a dar con el Bosque. Oculta lo mejor posible a la paloma y ten cuidado de los Gríseos que son los soldados del enemigo –advirtió el viejo.
____–Cuando venía para acá vi en las paredes, escrita en letras rojas, la palabra Prorena, qué significa?
____Prorena es el enemigo –dijo el Hacedor con gravedad.


© Gustavo Prego


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