14 de noviembre de 2009



____El cruce de la frontera a ese otro mundo ofreció su habitual resistencia incrementada ahora por la mayor velocidad.
____El Pájaro de Luz dejó el carro con los dos caballos y sus ocupantes en los pastizales. El carro dio un golpe que le hizo rechinar su viejo esqueleto. Sebastián sintió en el estómago el recorrido del vértigo y gritó de alegría al ver el éxito de la empresa.
____De la jaula llegaba la algarabía de los pájaros. Se movían de aquí para allá entre gorjeos y cantos en el poco espacio que disponían. Sebastián se quitó la manta que le había servido de disfraz. Lo mismo había hecho el Encantador de Pájaros que sin su gorra parecía otra persona. El gran disco plateado de la luna inundaba de luz todo aquel prado. A poca distancia los contornos oscuros del Bosque se recortaban contra un cielo cubierto de estrellas. Y fue allí, en el límite entre el azul intenso del cielo y el extremo superior de las copas de los árboles, donde vieron desaparecer al enorme Pájaro de Luz.
____El Pájaro de Luz ingresa a su morada –explicó el Encantador.
____–Me vas a contar qué es eso del Pájaro de Luz –pidió el chico.
____–No sólo te lo voy a contar. También te mostraré todo un sector del Bosque que no conoces. Sólo los pájaros, los Tenopos y yo lo frecuentamos. Es un lugar sagrado y secreto –confió el Guardián–. Después tendrás que ir a descansar para mañana.
____El Bosque los embebió en una oscuridad salpicada de pequeñas manchas de luz de la enorme luna. Los pájaros despertaron y el Bosque enteró se convulsionó. Los Tenopos salieron a recibirlos llenos de regocijo. El primero en hablar fue Zexerón:
____–¡Bienvenidos! –saludó– veo que han tenido éxito ¡Felicitaciones!
____–¡Bravo Encantador! –gritó Zexerías entre los vivas de sus camaradas.
____–Gracias amigos. Los pájaros después de mucho tiempo encarcelados volverán a su Bosque –afirmó con emoción el Guardián y abrió la puerta de la jaula. Salieron en un abrir y cerrar de ojos a perderse entre los árboles. Todos gritaban y aplaudían de felicidad.
____–Es un buen augurio para lo que nos espera mañana –expresó el viejo Patriarca.
____–Claro que sí, Zexerón. Va a salir todo muy bien mañana, descuida –dijo el Guardián.
____–Habíamos pensado otra vejez ¿Verdad Encantador? Sin estos sobresaltos. Sin enemigos ni gente querida lejos de nuestro lado –comentó el viejo Tenopo.
____–Es verdad Zexerón. Habíamos ambicionado una vejez tranquila. Pero nos tocó este doloroso tiempo que debemos afrontar con valor y sabiduría –dijo a su vez el Guardián de la Naturaleza.
____Algunos Tenopos habían sugerido hacer una fiesta pero fueron censurados severamente por el Patriarca:
____–Debemos descansar para el rescate de nuestro hermano Zexurión.
____–Nosotros continuaremos nuestro viaje, nos acompañas Zexerías –invitó el Encantador de Pájaros.
____–Con mucho gusto Encantador –dijo el Tenopo. Lo ayudaron a subir al carro.
____–¿Cómo es que pesás tanto? –se quejó Sebastián.
____–Apenaz ochenta kilogramoz –informó el Tenopo.
____–¿Ochenta kilogramos? Si sos bajito –dijo extrañado el niño.
____–Ez que nueztro pezo ezpezífico ez muy alto –justificó Zexerías.
____Llegaron a la cabaña y emprendieron el resto del viaje a pie por un sendero angosto. Era un túnel de vegetación con escasa luz. La suficiente como para no tropezarse con alguna raíz o alguna mata. Un airecillo corría por ese corredor cargado de azahares y el perfume dulzón de las flores del retamo.
____–¿Adónde vamos? –preguntó Zexerías, desconfiando del camino elegido.
____–Al Viejo Cementerio –respondió el Guardián.
____–¿Qué? Yo no voy –dijo deteniéndose.
____–No seas miedoso. Prometí a Sebastián llevarlo. Vio al Pájaro de Luz –explicó el Encantador.
____–Pero eze lugar ez un zecreto que...
____–Todo aquí es un secreto. Tú eres un secreto a igual que yo y todo este Bosque y toda Tenopián –interrumpió el Guardián.
____–Zí, ez verdad –reconoció a medias Zexerías.
____–No mal interpretes a Zexerías –dijo el Guardián a Sebastián– no es que no quiera que vayas, lo que sucede es que los Tenopos son reacios a mostrar sus lugares sagrados.
____–Ademáz –continuó Zexerías con gravedad– no tenemoz una buena relazión con la muerte, noz entrizteze mucho. Nozotroz vivimoz muchízimoz añoz, máz de loz que puedaz imaginarte. Vemoz morirze a todoz nueztroz amigoz que no zon Tenopoz. Plantamoz árbolez y loz zobrevivimoz. Aziztimoz a zu agonía que ez larga, muy larga. Ez terrible la agonía de un árbol y mucho peor verloz morir.
____El camino se transformó en un túnel totalmente oscuro. No tardaron en desembocar en uno de los muchos espacios abiertos que ofrecía el Bosque. Allí se escuchaba cantar a los pájaros. Era el único lugar en todo el Bosque que a esa hora de la noche cantaban los pájaros. Era un sitio extraño. Zexerías estaba muy serio.
____–¿Este es el Viejo Cementerio? –preguntó Sebastián.
____–No, a este lugar los indios lo llamaban con un vocablo cuya traducción sería algo así como el Rincón del Óbito. No es específicamente un rincón como verás. Este sitio es el que eligen los pájaros para morir. Aquí vienen de muy lejos, buscan una rama del árbol apropiado y dan su último y más bello canto que es lo único que poseen. Muchos como escucharás lo están haciendo –contó el Guardián.
____–Pero... dejarlos morir, así nomás, sin intervenir, sin ayudarlos... –murmuró Sebastián.
____–Aquí no hay ballezteroz, ni piedra, ni nada que interrumpa el zagrado ziclo de la vida. Ez el final de un zer vivo que como rezibió la vida ahora ezpera la muerte –dijo Zexerías.
____–Entiendo –dijo el niño.
____El Guardián se acercó a un árbol donde había una roca. De allí tomó una canasta que calzó en su brazo.
____–Me ayudas –propuso a Sebastián.
____–Sí, en lo que sea –dijo el niño.
____Los tres recorrieron el predio oyendo los cantos más dulces jamás escuchados y recogiendo los cuerpos sin vida de los pájaros.
____–A veces pienso que esta tarea no debería ser triste –dijo el Encantador–. Deberíamos alegrarnos que el ciclo de la vida se haya completado y que aquel pájaro que eligió volar muy alto, anidar en tal o cual árbol, eligió también el sitio para morir.
____Las palabras no ayudaron. Recoger del suelo a los pájaros caídos era una labor penosa. Sebastián sentía ganas de lanzar por los aires a cada uno de los cuerpitos que recogía para que revivieran como lo hizo su paloma. Sabía que era inútil. Era la gran rueda de la vida que había cumplido su recorrido. Zexerías tenía razón.
____–No pienses que te estoy martirizando. Se necesita esto para conocer el origen del Pájaro de Luz –dijo el Encantador.
____Sebastián bajó la cabeza manifestando su aprobación. Zexerías continuaba callado, muy raro en él. Sin lugar a dudas la cercanía de la muerte lo perturbaba.
____De ese curioso sitio donde los pájaros iban a morir fueron al Viejo Cementerio. Miles y miles de pequeñas tumbas cubrían ese lugar. La lápida era un palito clavado en la tierra y en su extremo una plumita del pájaro que allí descansaba. El Encantador tomó una pala y abrió pequeñas fosas. Antes de depositar el cuerpo en el interior de cada hoyo elegía una plumita, la más bella, que insertaba en una ranura y hecha en el extremo de la ramita. Así tumba por tumba, pájaro por pájaro con la misma dedicación y amor.
____–El ziclo está zerrado –sentenció Zexerías que no sentía, aunque pareciera extraño, el mismo dolor que en el Rincón del Óbito. Sebastián, una vez terminada la tarea, recorrió el Cementerio. Anduvo por los caminitos bordeados de flores que separaban conjuntos regulares de sepulturas. Pensó en todos esos pájaros que no habían tenido la suerte de estos. Todas aquellas vidas arrebatadas por Prorena. Descubrió en un rincón del Cementerio unas tumbas un poco más grandes cubiertas con piedras de colores y con lápidas hechas con cortezas de árboles. Una extraña escritura cuneiforme cubría la superficie irregular de las cortezas.
____–Esas tumbas son distintas, Guardián –manifestó Sebastián.
____–Esas son tumbas tenopas –informó el Guardián– con la corteza de un árbol amigo como lápida.
____Volvieron por un sendero central bastante más amplio que los otros. La luna inclinaba su rostro de nácar hacia el predio inundándolo de claridad. Sebastián encontró un hoyo enorme, del tamaño de un hombre.
____–¿Y ese hoyo es una tumba? –preguntó.
____–Zí... –titubeó el Tenopo.
____–¿Y para quién está preparada? –indagó el niño.
____–Para mí –contestó el Guardián de la Naturaleza.
____Generó un silencio molesto que debió interrumpir. Se vio obligado a agregar algo más a su contestación:
____–Bueno, mi ciclo algún día tiene que llegar a su fin –afirmó– he dejado de ser un muchacho.
____Salieron del Viejo Cementerio atravesando una arcada formada por dos árboles que se apoyaban uno en el otro formando una puerta gigantesca.
____–Ahora sí, vamos a dilucidar el misterio del Pájaro de Luz –anunció el Guardián palmeando a Sebastián. Disfrutaba de la curiosidad insaciable del chico.


© Gustavo Prego


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