10 de abril de 2010

Cóndores

Los cóndores se agrupan para dormir
en la roca solitaria de la sombra,
encogidas las cabezas en las curvas de las alas,
bajo el oscuro viento de los frailejones.
Alguna estrella ilumina sus ojos
que aún vigilan en la noche,
y abajo, en el abismo de las luciérnagas,
el sueño mueve las cabezas ásperas de las serpientes.
De piedra en piedra baja la montaña,
de silencio en silencio de la muerte,
donde bala escondida alguna oveja.
La noche reúne sonidos en los precipicios,
brillan las ramas deshojadas,
como hielo de relámpago
en la frontera melódica de los cráneos.


Vicente Gerbasi

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