5 de julio de 2009





____Dejaron la leña junto al fuego de Zexariel. Aprovecharon que éste estaba concentrado en su labor para desaparecer detrás de unos ligustros.
____–De todaz formaz hay leña para un buen rato –dijo Zexerías para justificar la huida.
____–¡Zexerías, Zexerías! ¿Adónde vas? ¿Eh, Zexerías? –gritó un loro desde la rama de un duraznero.
____–¡Cállate Criztóbal! –decía por lo bajo el Tenopo.
____–¡Zexerías! –llamó a los gritos Zexariel.
____–¡Zaz, otra vez leña! ¡Qué zuerte la mía! ¡Ya vaz a ver loro alcauzil! –dijo ofendido el Tenopo.
____–¡Zexerías, leña! ¡Zexerías, leña! –gritaba Cristóbal divertido. Sebastián reía a más no poder por lo ridículo de todo eso y el loro comenzó a imitarlo con una risa histérica.
____–Zí, Zezariel, qué nezezitaz? –dijo solícito el Tenopo.
____–Tienes... un merecido descanso –dijo el científico haciendo sufrir a Zexerías.
____–Graziaz, Zezariel –dijo el Escriba oficial de Tenopián.
____–¡Zexerías, leña! ¡Zexerías, leña! –insistía el loro para hacer rabiar al Tenopo que ni lo miró cuando pasó junto a la planta de duraznos.
____–Ezte loro me debe unaz cuantaz –dijo Zexerías verdaderamente molesto con el ave. Sebastián reía y al Tenopo no le quedó otra cosa que reír también.
____–Con Criztóbal no ze zalva ni el Encantador –comentó risueño.
____Cortaron camino por entre unos chopos y eucaliptos, dejando el sendero. Aparecieron por un costado de la cabaña. En el centro del patio, sentados en círculo, estaban los doce Guardianes de la Naturaleza.
____–Pareze que ya han finalizado de dizcutir el temario. Ahora llega el momento de loz obzequioz. Llegamoz juzto. Ez la parte de la reunión que a mí máz me guzta –dijo Zexerías.
____–¿Obsequios? –preguntó el chico.
____–¡Oh, ziiii... al anfitrión! Todoz traen de zuz lugarez un prezente que ze entrega al finalizar el encuentro. Ubiquémonoz donde podamoz mirar zin interrumpir.
____Las sillas donde estaban sentados eran de espaldar alto y con apoyabrazos. Detrás o en algún costado esperaba el presente. Zexerías se moría de curiosidad. Los pájaros estaban agrupados en las ramas de los árboles que circunscribían el amplio patio. Tampoco se querían perder la sorpresa de los regalos.
____–¿En qué consisten los regalos? –preguntó Sebastián.
____–¡Oh, ya veraz! ¡Zuelen zer maravillozoz, únicoz! –se entusiasmó el Tenopo. Los once visitantes pertenecían a distintas regiones del planeta. Eran de distintas razas y costumbres. Los unía la defensa de un planeta que día a día era herido por la intolerancia, el abuso, la irresponsabilidad, el saqueo, la destrucción. Con el Encantador de Pájaros sumaban doce. Parecían pocos para tamaña tarea. Pero bastaba verlos para descubrir en ellos una fortaleza extraña, un poder que se centraba en el amor y la paz.
____El primero en ponerse de pie fue Ibn Al–Zuman un beduino de enorme talla y espesa barba del Oasis de Jari. Su vestimenta totalmente blanca dejaba ver sólo sus manos de largos dedos y su rostro curtido por el sol del desierto. De una cesta de mimbre sacó un pequeño árbol de esmeraldas y se lo alcanzó al Encantador. Los pocos frutos del árbol joven eran de una belleza imponente, de un verde de corindón que sólo en el medio oriente puede existir.
____–Gracias Guardián del desierto, lo pondré en este patio frente a la cabaña –agradeció el Encantador.
____–¡Maravilloso! ¡Un árbol de esmeraldas! –comentó Sebastián asombrado.
____Alexéi Rudkarov, un eslavo también gigantesco con voz de trueno y cuerpo de oso, se puso de pie. Se tomó unos segundos para hurgar en su mochila hasta que encontró su regalo. Era una bolsa de terciopelo rojo con un hilo corredizo en la boca. Extendió la bolsa al Encantador que la abrió mirando a los demás con una sonrisa. De su interior extrajo un largo cuerno de Unicornio. El no lo supo hasta que el hombre del Valle del Volga relatara sobre el origen de su regalo:
____–Encontramos al Unicornio sin vida. Una flecha lo había alcanzado. Le quité el cuerno para evitarnos un mal, ya que es de mal agüero hallar su cadáver. El cuerno actúa como poderoso contraveneno. Es un eficaz antídoto. Inclusive para evitar los efectos de hechicerías. Recibe éste, mi obsequio, Guardián. Sé que te servirá bien –dijo el hombre.
____–Te estoy agradecido. Sé que será de gran ayuda en estos tiempos –dijo el Encantador admirando el cuerno. Su base, donde se enrulaba el pelo de la frente, era blanquecina y roja su punta. Hacia el medio era totalmente negro. Estaba ligeramente retorcido. Pensó en el animal fabuloso al cual perteneció. Mil años vivía y mataba por igual a un elefante o a un león si fuera necesario.
____–El que ze para ahora ez Gambé de la tribu Ganda y vive a orillaz del gran Lago Victoria donde nace el Nilo –informó Zexerías.
____Guardián, te traje este libro que fuera de la Biblioteca de Alejandría y rescatado y conservado por mi pueblo de la intolerancia y brutalidad del hombre. En tiempos que remontaban el Gran Río hasta su delta y quedaban asombrados ante la magnificencia del Faro –dijo el hombre de etnia negra y entregó el preciado tesoro en las manos del Encantador.
____–Te agradezco Gambé este libro que sobrevivió a la barbarie –dijo y se quedó mirando la portada sin poder creerlo.
____Un Taino de la Isla de Pinos, bajo de estatura y de grandes ojos negros, trajo, dentro de una jaula, el momento más emocionante de esa tarde. Su nombre era Félix Espinoza y ante los ojos de los Guardianes y de los dos espiones dejó salir de su jaula a un Dodo. Al principio nadie reconoció al ave y fue el Encantador el primero en hacerlo. El motivo era sencillo hacía más de un siglo que esa ave se había extinguido. El animal se desperezó de su largo viaje en cautiverio y dio sus primeros pasos con sus gruesas patas de cinco dedos. Su andar era torpe. Del tamaño de un pavo lucía un plumaje totalmente blanco. Zexerías dejó correr una lágrima. En tanto Sebastián no alcanzaba a entender la magnitud de ese hecho. El Encantador se arrodilló y abrazó al animal que al principio se quejó por el exceso de confianza pero después pareció gustarle.
____–Gracias por este Dodo. No voy a preguntarte de dónde lo sacaste, sólo dime si hay más con vida –pidió el Encantador.
____–Creemos que sí. No lo sabemos con certeza. Se dice que los dodos llegaron a nuestra isla con la tripulación de un barco de esclavos de la Isla Mauricio. Te traje una hembra. Cuando tenga un compañero te lo haré llegar. Este es el mejor lugar para recuperarse como especie –dijo el hombre llegado del Caribe.
____–Gracias, una vez más –dijo el Encantador.



© Gustavo Prego


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