28 de enero de 2011

Ariel Castillo - Poesía



Rumor

Sólo mientras no te olvide
arderá el sol aquí
entre el gesto otoñal.
Reverdezco en la costura del rocío
que balancea este amor
y en un rastro de alcohol
siempre hallarás soledad.
Emborracha más esta tristeza
que la espuma que se va.
Ya ves
no existen sucursales
en lo profundo del corazón.
No pidas un rumor de anochecer
tan sólo resguarda aquel color.
Al derrumbarse mi piel
la acera nos filtra su rueda,
rueda que oxida en dolor.
El mar regresará
al extremo del sol
donde la ausencia
cae enferma de amor.
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 2 - 9/1991



O

O acaso el viento
conoce cuánta humedad
habita en la piel
de una mano de mujer
para engañar así
a aquellas ventanas
a aquellas puertas
que se descascaran
en silencio,
sin estallar
ni escapar a tanta ausencia.
O acaso
ya han escapado
ocultándose en la humedad
que habita en la piel
de una mano de mujer.
O acaso
sólo son imágenes
que adquieren presencia
ante nuestros ojos
cuando la mirada
se nos espanta del presente.
O acaso
sólo vemos un millar
de no-lugares
de inexistencias,
de fugas
y convivimos con un vacío
que se reviste real.
O acaso
esos gritos,
esas llamaradas
son tan sólo el eco
de nuestros cuerpos
que apenas soportan el mundo
con los ojos
de esas ventanas
de esas puertas del ayer
que asoman su rostro
por una falsa cortina del presente.
Y el mañana
que registra
quién lo resiste
desde qué lugar
desde qué no-lugar.



Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 3 - 10/1991
Mágicamente

El frío de estos días
amontona mi delgadez
y entre telas de hollín
acentúa este extravín
pequeña musa
apenas asoma el sol
las tibias paredes
cubren esta esquina
pasa un tren cargado de niños
y sin forzarlo estás tú
inventando estaciones
más otros paisajes
desterrando mi razón
que a cada segundo abre aquel reloj.
Tengo la mirada secuestrada
por tu sombra, corazón
y sin pensar
mágicamente
cruzas la acera
como un ave tras su sumergir
alteras mi voz, todo es apuro
despistas tu nombre
hasta el terraplén
retazos de cuadras
y calma de tren
atropellando tu piel
todo es fugaz
esperas cualquier línea
te detienes, y al llegar
te vas
como el ayer
tan pronto
te vas.
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 4 - 11/1991
Sombra

Bosquejo cruel de anochecer
los once ventanales acunan los rocíos
que raspan mi soledad, dejándome ver
sólo esa cortada arrasada de frío
temblando destejo cenizas de azul caracol
y ocultan sus muecas las letras
cual paso de sombra chorreada en rincón
desmayado, rueda mi sangre sin ascensor.
Cruzando el tobogán de la ciudad
se hamaca la tristeza sin final
los versos metrallan retazos de ilusión
y tres niños soportan el país en las esquinas
fumándose a Kafka con un porrón.
Quizás aquella cinta pegada a tu piel
desmaye aturdida al caer la estación
y el más agrio licor del dolor
dispare su acordeón que en tus ojos
resquebraja los tinglados oxidados de este amor.
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 6 - 1/1992
Retazos

Hace días
las sombras enceguecen de sal.
Tan sólo las tres
todo ya atardeció.
Teñidas estrellas ocultan
su color de caracol.
Aquí
la tristeza zurce arenas
al rocío del dolor.
Un puente de otoño
trajo la humedad de tu piel
al espiral ausente de este tren.
La calle tuerce el cordón
donde descansan barcos
tocados de ausencia.
Hay una esquina azul
que hamaca tu adiós.
En esta estación
voló ya el licor
y al tropezar el ayer
la acera desmarca tu mirar.
Llovizna toda la ciudad
con sus ruedas de agonía
y al escapar por las ventanas
los escombros fosforecen
avenidas que regresan
con su gris melancolía.
Siento entre mis ojos
el paisaje que arrastra la soledad
estirando sus llamas al mar.
Donde cien crucigramas
esconden la acuarela de tu amor.
Quizás
sólo exista el temblor
que empaña palabras
descuidadas de sol.
Tengo un laberinto
en el silencio que desmaya
y al amanecer
tu amor regresa en el viento
y tan sólo siento
las cuerdas que arrastran el mundo
con todas las lluvias
e inundan el valle
que espeja tu gris corazón.
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 8 - 3/1992
Aquí y allá

Cesa el tránsito, cortado
liviana luz de esquina
sucia arena de juegos
ingenuo tallo bajo el gas
rojo, rosa, naranjo soleado de luces
algunos corren en su retorno
otros aceleran al llegar
siempre, constante caminar
dos ancianos amarrados en arrugas
arco iris a vapor, al borde
todos y un cartel
tus ojos y el desorden de pensión
cielo sin confín para esperar
mesa, columna, vidrio
aquí y allá
trazos sobre sí buscando lunas
nadie llega en los desiertos
del ruido y la humedad
incoloro corazón, dame tu piel
algún rastro de tu edad
los giros de tu canto me acuestan
como el crujir del mundo en las estrellas
veo disparar t reel
hacia el fondo de mis ojos
transportes cargados de soledad
y a fin siempre, siempre
necesitamos recordar
aún el desborde
y la oscuridad.
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 8 - 3/1992
Llamaradas

Abandonar tus ojos
es dejar una huella
supurante de sombra
inclinándose en un abismo
que des-contiene al cosmos.
Abandonar tus formas
es incendiar la vastedad
que entre-abre la luna
al vestirse de amanecer
para desorientar su desnudez.
Abandonar la sensual obscenidad de la sangre
es olvidar estremecerse
es contenerse en un atajo
que presagia una cerradura blanda
desmayándose sobre un desierto apagado.
Abandonar tu amor
es esquivar las manos de un niño
ardiendo sin descanso a la intemperie
es procurar colorear un vuelo
con la voz velada
es abrigarse con una frazada de nieve
en la profundidad de una noche sin Dios.
Abandonarte
es abandonarme
al gatillo lacerante de la razón.
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 10 - 5/1992
A través de las escaleras

Los hombres
contienen siderales huecos
en sus mentes
Huecos negros
como pozos negros
como aljibes calcinados del otoño
Huecos que bordean
Algunos los contemplan
con ojos rebosantes de pavor
Otros estiran un paso
y paralizan su impulso
Algunos retroceden
y petrifican sus cuerpos
Otros se caen
y sólo algunos se arrojan
Hay quienes quedan
como gotas patinando
por la noche de un paraguas
Pero también están
los que siguen arrojándose
tras los colores
tras unos ojos
tras los sueños
tras la nada
tras-tocando cada hueco en abismo
En abismo que nombra
con un verbo atemporal
como los broches
que se sostienen
de las ropas pesadas
que cabecean al viento.
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 11 - 6/1992
Estremecidas

Inconstante
Constante
Inconstantemente
Constantemente
Cobrizo cielo
Llovizna sin espalda
Jardines celestes tiñendo
remolinos
Y en la calma
sólo quedan refucilos
trayendo a mi piel
trazos acariciantes de sol
humedecidos en la trastienda
de este laberinto
Hay dos cartas
con palabras escondidas,
como un llanto
y mis manos entre tinta
estremecidas
Yo quiero hallar un sitio
donde dejar de contestar
no sea ya respuesta
Sobre la mesa
descansa un signo con
pancita, amarillento
un bar para beber sólo grapas grises
un avión violáceo de espuma
que jamás caerá
y una sarta de nubes que
proyectan mi corazón, lleno de luz
Si quiero para girar
es otro ojal, otro rodar
A tus ojos
sé que un día entraré
sin pronunciar amor
sin siquiera ya mi voz
hasta dar al recodo
remendado
que nos fuga la agonía
Déjame desnudarme
en el refugio oscuro
que extrañas al doblar
Preso de un presagio, sólo un
presagio, sólo eso
Aguardo un anochecer
en un bolsillo agujereado
donde adormecen mares sin olas
para enloquecer
sin desesperar
sin tristezas
casi sin gritar
A las dos de la mañana
todo es inmenso
y aunque no te escriba
ni vierta tu mesura
a este rio desordenado de hoy
El Amor siempre
bordeará la deriva de mi cuerpo
Mirar tus ojos sin escalas,
atrapados por las imágenes
desiguales de este mundo
Ya no media el frío
ni siquiera tengo brisa
para mirar cuando no estás
Un papelito desolado
se derrumba en secreto por las calles
donde se adormece
sin saber que los perros están mudos
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 12/13 - 8/1992
El tiempo

Los relojes dormitan a deshora
y el tiempo se esparce en cielos de mandarinas.
Y la lluvia
es sólo un puñado de agua
si no cae en tí.
Y el sol
amarillo incendiario
si no se adhiere en tu pelo.
Y el mundo
infame cadalso
si no rutila en tus ojos.
Y Ariel
sólo un nombre
si no asaltan tus labios.
Pero la tarde es un farol sin querosén
que se queda en el recuerdo
como una queja que arrastra el viento
desde el pecho inclinado del sur.
Y los relojes se fraguan de horas
y el tiempo son dos curvas verticales.
Y la lluvia es un títere extasiado
que estremece lo añejo y alucina a las calles.
Y el sol, un niño sonriente
atropellando diagramas, colores y fases.
Y la noche, harapiento pájaro de luz
y su velo misterio que vuelve
desde una herida que cierra.
Y el mundo, todo una promesa
todo un deseo
y una esperanza que entibia.
Y Ariel, un andén sombrío
que tu cuerpo intimida hasta amanecer.
Y es una dicha existir
arriesgando el corazón en tí.
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 14 - 9/1992
Un impulso

Un impulso
Una pisada
Un remolino
Una marea
Arrasando un rostro común
de mediodía
de mandado
También
el bleizer destiñe
el taco rechina
hasta una bicicleta se revienta,
se contamina
Las hormigas
cavan hendijas absurdas
pertrechando un cruce vecinal
Un chorro de nafta
calma dos cuerpos
Trescientas tres mil casas
derriten el abismo
Siempre
existe una silueta ahorcada
a tres cuadras del cielo
a tres pasos de una panadería
Ya no soporto
los puñetazos de mi cuerpo
los temblores de mis ojos
la soberbia de mis dedos
Ya no soporto
vestirme para vivir
y saludar sonriente en la avenida
Quién aguanta un diario del 3000
Desde dónde se sostiene tanta atrocidad
El hombre solo juega al ya-pe-yu
De dónde sacamos tanto arrojo, tanta mueca
Eternizas de fuego las manos, los ojos,
los dientes
cada esquina de mi cuerpo
Una mujer
abre una rueda licuada de espuma
abre una palabra imparable
cierra un pespunte cachado de sol
cierra una noche que no tiene voz
Deseo
el brillo inmedible que derrumba por tu piel
el inocente tatuaje que prolongas en la
oscuridad
Cuando mi cuerpo
se reviente entre la luna
pincelará el color de tu silencio
Ya no quiero más vivir
envuelto en el saco de tu adiós
Una rueda de niños
tiembla bruscamente
se muere de amor
Y nosotros trabajamos los postigos
Sólo nombramos lo que asume formas
Tendremos que informarnos
para desformar una forma que nombre el
abandono
y dejar de arrojarnos este balde inesquivo
de muerte
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 16 - 11/1992
Día dieciocho

Un espejo virgen
destella mis venas
y vandaliza fraseos de la aurora.

En esta habitación inválida
oprimida de vacíos
que rastrea su furia hasta borrarse
una imagen flota como un trueno.

La ciudad entreteje una mueca vibrante
falseada de secretos
mientras el cielo
se asume en una gota
y enciende una colisión
que estremece la calma.

Me asfixia la ausencia
de cosas invisibles.
Un perfume
deshilacha una forma de mujer
dejando siluetas infalibles
……………………………….azulinas quemadas
criminales como recuerdos que no rezan.

Algo se disuelve en los ruidos
perfilando sobre un banco astillado
una fiereza que nos amontona la boca
a las tinieblas de un caño
…………………………………..ya gris
violentas como llantos de canes.

Algo de mi se agita en un andén
mientras allí
la arena urde una crucifixión lila en mis pies
y dónde estoy?
Creo en lo ridículo
en la herida de los días.

Tenía los ojos tan solo para ver
pero rastrear la tarde de tu gesto
………………………………………………..de tu nombre
………………………………………………..de tu brillo
con esta furia que habla de otras cosas
derroca risas sobre el sexo
y siento un goce como de vos.

Hay un fervor de tu boca
en las aguas negras de estas hojas
y círculos así
y aullidos inaudibles
como los saltos de un muerto.

A quince de vos
y dieciocho de allí
una palabra cuelga en un costado
y no sé cerca o lejos de qué
mi cuerpo se lleva hasta el silencio
y preso
…………………..preso en nada
………………...........................tu imagen se carga
………………...........................y apaga lo extenso
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 18/19/20 - 3/1993
Cubo

¿Quién arrastra suelas por el zaguán muerto de la noche?

¿Quién descerraja sobre la nuca del viento fogonazos de terror?

Una marioneta borronea un cubo de talco
y crispa una baliza en el cadáver de un hada encerada

Las uñas enloquecidas del otoño
están abriendo un delirio de caballos
Erguido en una esfera de espejos
un vestido de mujer
arrima una dulce guillotina
a la órbita de las pesadillas

Un perfume
………………………Un libro negro
………………………………………………..¿también una pregunta?
Publicada en Contakto, Máximo Paz - Nº 24/25 - 8/1993
Pobladores de la desolación

un delicado temblor,
un roce húmedo,
así las formas de otra brisa,
y los cuerpos idos, sombras de otros,
ocasos como espuelas en la frente dormida

fuiste el nombre de mi caída
no ella,
………….tú o estabas en la esperanza inútil

hay un costado en la lluvia,
el ropaje extasiado de un piano,
tus huellas donde barro la profundidad

tus manos eran frágiles,
vapor, tinta, figura,
la sentida constelación donde salto
en el derrumbe con bueyes en la espalda

cada temblor goteaba una palabra
hasta su hueco, y luego otra y otra,
y así el silencio,
o luz mutilada, sin rastros,
sin fuego o verdor

tenías una forma más en la ternura,
una vuelta donde girar semejaba a mi madre

dejabas arder el empedrado del abismo,
la celada del goteo,
tu desnuda caminaba en los párpados del niño
que ya no mira,
……………………..sólo llora como un dios

en el aljibe del temblor
recojo el agua imaginada,
froto mi rostro y soy vos.
Publicada en Enlace, Máximo Paz - Nº 1 - 10/1994
Temporal

…………….Rueda de huesario

en la estepa plural del desencuentro

en la margen amarilla del relámpago

………………………………………………………que silva entre perdido

y libre del negro río de la quietumbre

……………………………………………………..atolladero de lámparas

………………………..albergue de vagones disueltos en lumbre y memoria.

Posada en el atril de la penumbra

la mujer aún

…………………….pesa desnuda

………………………………………..sobre el alambre imperial

que fuerza yegüerío cósmico errante.

El tajo del espejo

……………………………orna pueril el traje astral

………………………………………………………………………..que afiebra

………………..y tiembla hablante.
Poetas – Comisión Comunal de Cultura - Máximo Paz
Sendero

Los ojos estropeados en toda desmesura,

puestos quizás a jadear la noche improbable de los pasos,

que deja un huellar inverso y vano

sobre el telar tramado por el adobe

………………………………………………donde habitó el conversar,

el deslizarse sobre el harapo versátil de los árboles

que exceden la membrana del sueño,

amoldando luz a la vigilia,

…………………………………………para usurpar el rostro caro del hacedor cabrero,

y disgregar la cama fritada en la olla del día

………………………………………en el agua morada

………………………………………en el ambular sagrado

………………………………………en la estrofa paralela

………………………………………en el plano arisco

en donde disuade su fulgor

la obcecada boca del río.
Poetas – Comisión Comunal de Cultura

No hay comentarios:

Publicar un comentario