19 de febrero de 2010





____–Ah, y no te olvides –advirtió el Hacedor a Sebastián– no debes salir de tu casa pasadas las once... –y mirando al resto de sus amigos –hoy es la Misa Anual de San Secario en la Catedral.
____–¿Qué es la Misa de San Secario? –preguntó Sebastián.
____–Supongo que deberé contártelo –dijo el Hacedor un poco molesto– no te irás hasta que tu curiosidad no se haya calmado.
____En los ojos de los demás se advertía el temor que la Misa producía. Parecían no estar de acuerdo en que el chico supiera el significado de esa liturgia maldita.
____–¿Qué sucede, qué tiene de extraño esa Misa? –preguntó Sebastián.
____El Alquimista ante la turbación del Hacedor se levantó de su asiento y fue hasta uno de los estantes cubierto de libros. De allí tomó uno muy viejo y se lo alcanzó:
____–Tu conoces Hacedor este libro. En él está explicado lo de la Misa.
____–Sí, gracias Alquimista, escucha, este libro tiene muchos años y es un tratado muy serio sobre magia y religión. Comenzó a hojearlo hasta que encontró el párrafo que quería leerle a Sebastián. No se atrevía, con sus propias palabras, contarle lo que era ese extraño ritual.
____–Escucha atentamente –le dijo: "... es una liturgia que se organiza para hacer el mal a una persona. La víctima comienza a secarse como una pasa de uva. No existe médico que pueda revertir ese proceso. El sacerdote que la oficia está maldito y su poder es inmenso..."
____La voz clara y ceremonial del anciano impregnaba de mayor misterio a la lectura.
____–Voy a enumerarte algunas de las características para no leer este horrendo relato. Por ejemplo en esta Misa "... no se consagra vino sino el agua de un pozo donde se hubiese ahogado un recién nacido sin bautizar..." "... se usa una hostia negra con tres puntas..." "... con el pie izquierdo el sacerdote hace la señal de la cruz en el piso..." "... son pocos los sacerdotes que se animan a realizar esta misa, por que el castigo a la hora del juicio final es elevadísimo..." –el Hacedor paseaba sus ojos por la abarrotada letra que cubría las hojas. No encontró otra cosa que leer. Dejó el libro sobre la mesa. Lo que había leído, si bien breve, ejemplificaba lo que significaba ese ritual. El Hacedor ante el silencio espantado de sus amigos se dirigió a Sebastián con autoridad:
____–Ahora me vas a prometer que tu curiosidad no te llevará a meter la nariz en la Misa de San Secario.
____–Te lo prometo Hacedor –dijo Sebastián, seriamente impresionado por lo que había escuchado.
____–Sólo una cosa te quiero preguntar. ¿Para quién es la Misa de esta noche?
____El viejo miró a todos antes de contestar y vio como bajaban los ojos.
____–La Misa de San Secario se hace para el Guardián de la Naturaleza.
____El ánimo decayó bastante. La euforia de hacía apenas unos minutos se había ido. Todo pareció de golpe imposible. El rescate del Tenopo resultaba una empresa ajena a sus posibilidades. Totalmente alejada del valor y destreza que todos sin lugar a dudas poseían.
____El Vendedor de Sonidos empezó a aplaudir y a vociferar:
____–¡Felicitaciones! –decía– sinceramente los felicito, grandioso, ¡Grande Prorena!
____–¿Qué le pasa a este, se volvió loco? –dijo Lethien.
____–¿Nos puedes decir qué es lo que sucede? –preguntó con su calma habitual el Alquimista.
____–No se dan cuenta que Prorena nos gana hasta esta batalla –dijo con los ojos desorbitados– hace una Misa de locos y nosotros nos la creemos.
____–¿Qué, acaso no es cierto? –preguntó el Hacedor.
____–Sí, es cierto. Lo que quiero decirles es que nos arrebata con estas cosas el buen ánimo. No tenemos que dejarnos vencer con estas armas. Este método es tal vez más terrible que la violencia de sus Gríseos o sus lagartos o sus Perros de la Noche. Si ellos creen que nos quitan la esperanza creerán finalmente que nos han vencido. Si ellos nos arrebatan la poca alegría que nos queda realmente habrán triunfado para siempre.
____El Hacedor se acercó a Vendedor de Sonidos y le palmeó el hombro con una gran sonrisa.
____–Tienes razón –dijo– unos cuantos brazos y otros tantos buenos corazones es lo único que tenemos y con ellos le vamos a ganar esta batalla a Prorena.
____Todos manifestaron su contento con hurras y abrazos.
____–¡Silencio! –dijo el Alquimista– quieren alertar a algún escuadrón de Gríseos con esos gritos.
____–Con tus explosiones los Gríseos pasan a dos cuadras de este lugar –bromeó Lethien.
____–Si sigues con tus explosiones muy pronto no vivirá nadie en este barrio –agregó el Vendedor de Sonidos.
____–El único que está contento con vos es el vidriero de la Aldea –dijo por su lado Sebastián. Y con estas bromas al Alquimista el ánimo fue mejorando y todos se sintieron con ganas y esperanzas una vez más. Las palabras del Vendedor de Sonidos habían sido oportunas.
____Se despidieron hasta mañana y salieron a la tarde que caía en una penumbra que espesaba aún más la niebla. El Hacedor y el Vendedor de Sonidos entendieron que juntos llamarían la atención, así que se separaron. El hombre viejo y el hombre del costal doblaron al sur mientras que Lethien y Sebastián continuaron por la misma calle. El niño observaba a Lethien que caminaba a su lado sin hacer el menor ruido. Parecía andar sobre la niebla a un palmo del suelo.
____–¿Cómo era mi Tía? –preguntó Sebastián.
____–¿Por qué dices era? –dijo la anciana.
____Sebastián guardó un prolongado silencio y Lethien suspiró.
____–No creo eso del viaje. Es una farsa inventada por Prorena –dijo mirando fijo a Lethien.
____–Era una gran mujer. Muy inteligente y valerosa. Tu te pareces mucho a ella –dijo finalmente. El halago pasó inadvertido por el niño que ya tenía su siguiente pregunta:
____–¿Tenés la esperanza de que esté en alguna Unidad de Detención? –a Lethien se le llenaron los ojos de lágrimas acentuando la tristeza del crepúsculo.
____–Amaba a los pájaros y a los libros. Existía una hermosa Biblioteca en su cabaña...
____–Existe –interrumpió Sebastián.
____–¡¿Qué, los Gríseos no la hallaron?! –dijo conteniendo la alegría.
____–No, está intacta –dijo el niño.
____–Esa es una hermosa noticia –afirmó– pasé momento muy lindos con esos libros. Ella y Magdalena me enseñaron a leer y me contagiaron el hábito de la lectura –dijo con una vaga sonrisa–. Cuando miraba las gigantescas hogueras de libros en la Plaza Mayor pensaba que algunos podían ser de esa Biblioteca. Pero por suerte hay cosas que sobreviven. Serán de gran ayuda cuando nos toque reconstruir todo esto –dijo haciendo un amplio ademán que alborotó la niebla que le cerraba el paso, que los envolvía con una persistencia caprichosa– No será lo mismo –continuó después de un meditado momento– por que la huella de todo este dolor será imborrable. Por que empezar de nuevo sin tu Tía, sin Magdalena y sin tantos otros seres queridos a estos años va a ser difícil... –advirtieron el fuego de las antorchas entre la niebla. Se pegaron a la pared en un silencio sepulcral.
____–Es San Secario –alertó Lethien– van a estar de aquí para allá hasta que den la Misa.
____–¿Y cuándo va a ser la Misa? –preguntó Sebastián con un susurro.
____–Cuando el campanario de la Catedral dé las once. El sacerdote empieza la Misa al revés y tiene que terminar justo a las doce.
____–¿Al revés...?
____–Sí, vamos –dijo Lethien empujando al niño.
____Cruzaron raudamente apurando el andar. Sebastián oía pasos por todos lados. Temía que los persiguieran. A cada rato miraba por encima de su hombro para asegurarse que no los seguían. ¡Al fin la cabaña! Si no fuera por Lethien se hubiese perdido.
____–La niebla ciega y engaña –dijo Lethien– si te descuidas no sabes dónde estas.
____En la puerta de la vivienda estaban los padres de Sebastián. Lethien saludó y a toda prisa se perdió en la niebla.
____–¿Quién era esa mujer? –preguntó su madre.
____–Me había perdido con la niebla y esta buena señora me guió hasta aquí –explicó Sebastián.
____–Vamos adentro que está refrescando –propuso el padre.
____Cenaron temprano esa noche. No eran las nueve y cada uno reclamaba ir a su cama a descansar. Con unos besos y unos hasta mañana se retiraron a sus habitaciones.
____Pero lo que nadie sabía era que para Sebastián no terminaba allí el día.



© Gustavo Prego



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